A esta edad, el juego con la pelota ayuda a los niños a desarrollar la capacidad de agarre, la coordinación ojo-mano, el rastreo, los músculos de los dedos y la capacidad de mover objetos de una mano a otra. Cognitivamente, los bebés y niños pequeños aprenden sobre las propiedades de las pelotas: rebotan, ruedan por las colinas, son fáciles de mover y difíciles de mantener quietas. Recuerden que las pelotas para bebés y niños pequeños deben ser lo suficientemente grandes como para pasar una prueba de estrangulamiento.